La crisis de insumos y medicamentos en hospitales mexicanos no solo tiene consecuencias funestas para los médicos. Hoy por hoy, los profesionales de la salud se enfrentan a la persecución de las autoridades, que, en su afán de encontrar responsables de las negligencias cometidas en los hospitales, han encontrado en los médicos a su “carne de cañón”.
Ahora, a través de redes sociales, usuarios denuncian que el doctor Adrián Moya Escalera, quien se encuentra preso en un penal de Pachuca, Hidalgo, es víctima de tortura física y psicológica en ese centro penitenciario.
Aseguran testigos que Moya no es la única persona sujeta a este tipo de tratos por parte de las autoridades del penal, y piden que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, encabezada por Ana Karen Parra Bonilla, tome cartas en el asunto.
Se comenta que Parra Bonilla ha hecho oídos sordos a las denuncias por tortura presentadas en el penal, y que la única postura de la Comisión ha sido revictimizar, pues ya han declarado que los presos gozan de “privilegios” y que son ellos mismos quienes “renuncian a sus derechos humanos”.
El gremio médico se encuentra en peligro. Mientras las denuncias por negligencia continúan en aumento, las autoridades se empeñan en criminalizar al personal de salud, culpándolo por las carencias que se viven en los hospitales y que son su responsabilidad resolver.