El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha reunido a primera hora de la tarde con una veintena de representantes de todo el sector cinematográfico español, la mayor parte presenciales y alguno en conexión digital para transmitirles, según ha declarado Urtasun a la salida, que “el Gobierno de España está preparado para responder ante cualquier ataque que se pueda producir a un sector cultural establecido como es el del cine en nuestro país”. Se refería con ello al arranque que tuvo Trump el domingo en redes sociales anunciando un 100% de aranceles para las producciones de cine en el extranjero, sin especificar si se refería a rodajes de Hollywood realizados fuera de EE UU o a películas del resto del mundo estrenadas en salas estadounidenses. O a todo. “Ya veremos la amenaza, el Gobierno responderá ante cualquier ataque”, resumía.Más informaciónEl martes se celebra en Bruselas una reunión ya agendada desde hace tiempo de los ministros de Cultura europeos, y a propuesta de España se ha introducido “un punto en el orden del día para que podamos también debatir entre los ministros el efecto de esas posibles medidas procedentes de EE UU, apuntaba Urtasun, que ha subrayado en todo momento que hay que operar con ”prudencia”. “No hay nada encima de la mesa y por lo tanto hay que trasladar un mensaje de tranquilidad y esperar a ver exactamente en que se concreta todo esto. No es la primera vez que el presidente de Estados Unidos lanza una idea en redes sociales y que después deriva de manera muy distinta”, apuntaba el responsable de la cartera de Cultura. “Y por tanto, toca esperar antes de decidir”.Con todo, fuentes del ministerio confirman que sí hay una lista de posibles medidas a tomar según sean las resoluciones procedentes del departamento de Comercio de EE UU. Urtasun cree que “es evidente que los europeos debemos estar coordinados en defender nuestra cultura” y que la respuesta debe de ser común.El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, segundo por la izquierda, durante la reunión.Jesús Hellín (Europa Press)El mercado del cine español en Estados Unidos no es el gran caballo de batalla. Cada temporada se estrenan una quincena de títulos que recaudan en taquilla unos seis millones de euros. “No es mucho, pero es importante”, asegura el ministro. La guerra es probable que se centre en los rodajes. Cada año más y más rodajes estadounidenses se realizan fuera de su país atraídos por las diferentes exenciones fiscales de todas las regiones del mundo. Y con técnicos tan competentes como los estadounidenses, aunque de sueldos inferiores. De ahí que el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, propusiera un plan federal de incentivos por valor de 7.500 millones de dólares, creado entre su Gobierno y el nacional. La Casa Blanca, que había rebajado la tensión, fue cuestionada por su principal ocupante. Trump, que siempre ha despreciado a Newsom, se revolvió contra él, le acusó de haber hundido Hollywood, y siguió jugando con la idea de un aumento brutal sobre los aranceles sobre el cine, aunque sin explicar cómo se valoraría cada película y cómo se aplicarían esos impuestos.El primer asustado con estas declaraciones es el mismo Hollywood. La revista especializada The Hollywood Reporter asegura que el viernes habrá un reunión telemática entre los responsables de los estudios de Hollywood. Hasta ahora, la Motion Pictures Association, la organización que agrupa a los grandes estudios de Hollywood, los llamados majors, aún no ha respondido oficialmente a los comentarios de Trump. El viernes hablarán entre ellos los líderes de Disney Entertainment, Amazon MGM Studios, Universal Pictures, Paramount, Sony Pictures, Netflix y Warner Bros. Discovery, junto a Charles Rivkin, consejero delegado de la MPA, para articular una respuesta común. Este miércoles, algunos ya han hecho declaraciones apuntando a que si se mejoraran las desgravaciones fiscales, volverían encantados a rodar a California, pero que no ven cómo ayudará la aprobación de unos aranceles a dar ese paso.El plan de Jon VoightLo que sí es seguro es que de los tres embajadores en Hollywood de Trump —un título tan rimbombante como vacío de contenido— dos de ellos han dado señales de sorpresa ante el anuncio de Trump, porque tanto Sylvester Stallone como Mel Gibson tienen planeados rodajes este verano en Europa. El tercero es Jon Voight, autor del plan en que se basó el presidente de EE UU para su exabrupto del domingo (Voight se lo presentó un día antes, el sábado), y en ese documento se habla de créditos fiscales federales para empresas medianas, mayores deducciones y aranceles severos para incentivos en el extranjero. Ahí está la clave. En el texto se puede leer: “Si una producción estadounidense podría haberse realizado en EE UU, pero el productor decide irse a un país extranjero y recibe un incentivo fiscal a la producción por ello, se le impondrá un arancel equivalente al 120% del valor del incentivo extranjero recibido”. Y además cuestiona la propiedad de las plataformas digitales, para que vuelvan a ser estadounidenses. En definitiva, no toca los estrenos extranjeros en salas de EE UU, sino que largometrajes con marchamo hollywoodiense se ruedan fuera de allí. Va contra las majors.Ese ataque a los rodajes de Hollywood fuera de EE UU irían primero contra la misma industria (se encarecerían las películas) y es el que preocupa en España. Como insiste Urtasun, “España se ha convertido en los últimos años en un grandísimo centro de rodajes y de producciones. Y eso ha sido gracias en parte no solo a la grandísima política pública que se ha hecho en los últimos años, sino también a los excelentes profesionales del audiovisual que tenemos en nuestro país. Tenemos que proteger esa potencia española en materia de rodajes y de producciones”. En la sede del ministerio había representantes de productores españoles, tanto de cuatro grandes asociaciones como de las empresas que dan servicio a los rodajes internacionales (agrupadas en Profilm) y de compañías técnicas de servicios (ALÍA); también de los distribuidores independientes y de Fedicine, la subsidiaria de la MPA en España; la Asociación Española de Video On Demand y Netflix por las plataformas, y el presidente de la Spain Film Commission, que ayuda a los rodajes en España. No había representantes ni de Hacienda, ni de Transición Digital, ni de la vicepresidencia de Economía, ausencias que Urtasun ha aclarado: “Somos un gabinete en permanente contacto”. En la guerra de aranceles serían esos ministerios los que tendrían la herramientas de respuesta.Quienes trabajan en los rodajes en España hablan de “perplejidad”, otros esperan acontecimientos, y unos terceros avisan de otro posible frente bélico, la excepción cultural europea, con una protección poco querida por los grandes estudios de Hollywood. “Hay principios fundamentales en que los ministros de Cultura europeos estamos todos de acuerdo en proteger nuestros sectores estratégicos. Y la cultura lo es. Desde varios sectores de la derecha norteamericana muchas veces se atacan nuestras regulaciones de protección de nuestra diversidad. Tenemos que mantenernos firmes en una defensa de las leyes que la protegen”, incide Urtasun. Pero, hasta el martes, insistió, “prudencia”.

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