La que fuera jefa de la diplomacia europea (2014-2019) y actual rectora del Colegio de Europa, Federica Mogherini, ha sido imputada por fraude y corrupción en el marco de una investigación abierta en torno al presunto fraude en la creación de una academia diplomática europea, un caso en el que también está formalmente acusado otro alto cargo de la Comisión Europea, que tras los hechos ha decidido abandonar el cargo, y un responsable más del Colegio de Europa, según ha confirmado la Fiscalía Europea (EPPO, por sus siglas en inglés) este miércoles.Tras ser detenidos la víspera e interrogados por la policía judicial belga de Flandes occidental, los tres sospechosos han sido “notificados formalmente de los cargos que se les imputan”, dijo EPPO en un comunicado. Los cargos, agregó, se refieren a “fraude y corrupción en la contratación pública, conflicto de intereses y violación del secreto profesional”. Tras su interrogatorio, los tres sospechosos fueron puestos en libertad dado que “no se considera que exista riesgo de fuga”, agregó la Fiscalía en su escueto escrito. En declaraciones a medios belgas, la abogada de Mogherini reveló que la italiana fue interrogada desde las 14.00 del martes hasta la medianoche, momento en que fue liberada junto al resto de los imputados, entre ellos el hasta ahora director general del departamento de Oriente Próximo y Norte de África (MENA) en la Comisión Europea, Stefano Sannino, que en la época de los hechos investigados ejercía como secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).Tras recordar que “todas las personas son presumidas inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad por el tribunal belga competente”, la Fiscalía Europea ha advertido de que no dará más detalles sobre esta investigación “en marcha” para no comprometer sus resultados. La detención e imputación de los altos responsables europeos ha continuado agitando las aguas del barrio europeo de Bruselas, donde discretamente, se buscan limitar los daños de una noticia que puede tener profundas repercusiones a nivel reputacional y político. Aunque ningún alto responsable ha comentado todavía públicamente el caso, y eso pese a que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha comparecido durante el día ante la prensa, sí se han multiplicado los mensajes internos para apaciguar también a un personal muy preocupado por este nuevo escándalo.En una carta enviada a su equipo del SEAE, la actual jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha calificado las acusaciones de “profundamente chocantes”, pero a la vez ha subrayado que los hechos, que recuerda sucedieron en el mandato anterior bajo la batuta del español Josep Borrell, “no deberían empañar de modo alguno el buen trabajo que la mayoría” de los funcionarios europeos de exteriores realizan. En su misiva, que ha podido consultar EL PAÍS, la estonia ha asegurado además que su equipo está “colaborando completamente con la investigación y proporcionando total transparencia”.También el Colegio de Europa en Brujas ha asegurado, en un comunicado, que “cooperará plenamente con las autoridades en aras de la transparencia y el respeto del proceso de investigación” y ha asegurado que “mantiene su compromiso con los más altos estándares de integridad, equidad y cumplimiento, tanto en materia académica como administrativa”.Una portavoz de la Comisión mientras tanto se ha limitado a señalar que en el Ejecutivo europeo son “conscientes de la investigación de la Fiscalía Europea en relación con el antiguo secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior y el Colegio de Europa”, pero se limitan a recordar que “todos debemos respetar la presunción de inocencia hasta que concluyan los procedimientos”.La policía belga realizó a primera hora del martes sendos registros en dependencias del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) de la UE en Bruselas, actualmente bajo el mando de Kallas; en la sede en Brujas del Colegio de Europa, uno de los principales viveros de los funcionarios europeos, así como en los domicilios de los sospechosos, para varios de los cuales se había solicitado previamente el levantamiento de su inmunidad. En la acción, ordenada por la Fiscalía Europea, fue detenida Mogherini, al frente en la actualidad del Colegio de Europa y, desde 2022, de la Academia Diplomática de la Unión Europea ahora investigada. También quedaron bajo custodia policial otro alto responsable del Colegio de Europa, así como el veterano diplomático italiano Stefano Sannino, ex secretario general del SEAE y que actualmente ejercía como director general del departamento de Oriente Próximo y Norte de África en la Comisión. Mientras que por el momento Mogherini no ha anunciado oficialmente ningún paso -ni el Colegio de Europa comenta sobre su futuro-, Sannino sí ha decidido adelantar su marcha. “A la luz de las acusaciones presentadas por la Fiscalía Europea, el antiguo secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior ha ofrecido tomarse una excedencia hasta finales de año, momento en el que se jubilará según lo previsto”, ha confirmado al respecto la portavoz. Hasta que se nombre a un nuevo director general del departamento, sus funciones la asumirá su hasta ahora número dos, Michael Karnitchnig, ha agregado.La investigación, que fue iniciada por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), se centra en el proyecto de la Academia Diplomática de la Unión Europea. Es un programa de formación de nueve meses de duración destinado a diplomáticos noveles de todos los Estados miembros, que fue adjudicado por el SEAE a la sede belga del Colegio de Europa para el periodo 2021-2022, tras un procedimiento de licitación ahora puesto en cuestión. Los hechos sucedieron durante el mandato de Borrell como alto representante para Política Exterior y por tanto jefe del SEAE (2019-24).La investigación busca aclarar si el Colegio de Europa, o alguno de sus representantes “fueron informados con antelación sobre los criterios de selección del procedimiento de licitación y tenían motivos suficientes para creer que se les adjudicaría la ejecución del proyecto, antes de la publicación oficial del anuncio de licitación por parte del SEAE”. El organismo con sede en Luxemburgo considera que existen “fuertes sospechas” de que pudo haberse revelado información confidencial que habría favorecido a uno de los candidatos que participaban en la licitación, lo que violaría las normas europeas sobre competencia leal.

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