Becky Bios sostiene un sobre tamaño carta en las manos en el que se puede leer su nombre, la fecha —22 de abril de 2021—, su tipo de sangre y una especificación de lo que contiene: “hisopado, dactiloscopía, capilar, aninoscopía, etc”. Dentro del contenedor grande de papel se encuentran otros cinco sobres pequeños del mismo material con una descripción específica. Cada uno conforma un fragmento de la información genética e identificación de la bióloga, desde sus huellas dactilares a un pequeño mechón de cabello, por mencionar un par. Cada uno de estos forma parte de un kit forense en caso de desaparición, una iniciativa, con adeptos y detractores, que la también activista busca difundir como una medida de prevención que pueda ayudar a la fácil búsqueda y hallazgo de una persona que pueda encontrarse en paradero desconocido.El proyecto de Becky Bios, un pseudónimo que utiliza desde que fue víctima de tentativa de feminicidio, es parte de su tesis de licenciatura en Biología molecular y maestría en Ciencias forenses de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La idea surge a raíz de su interés por el activismo a favor de las mujeres y cómo aportar la perspectiva de género a la criminalística.Becky Bios, bióloga y activista mexicana promueve la creación de un ‘kit forense’ para ser identificado en caso de ser víctima de desaparición forzada o extravío.Gladys Serrano “Noté que en cuanto al delito del feminicidio, la antesala suele ser la desaparición de la mujer. El kit forense fue pensado como una herramienta de prevención y precaución por si llegara a desaparecer alguien cercano a nosotros. Esto para que tengamos información a mano y que se pueda cotejar en las bases de datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, la Fiscalía o algún otro órgano de seguridad que pueda ayudarte en la búsqueda”, explica.México atraviesa una crisis por las desapariciones que, según la ONU, son “sistemáticas y generalizadas”, aunque el Gobierno trate de negarlo al punto de afirmar que es una “estrategia para descarrilar” a la actual Administración. El reciente hallazgo del rancho de Teuchitlán, un lugar utilizado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como centro de reclusión, entrenamiento y exterminio, no ha hecho más que poner en primera línea una crisis urgente en la que se registra más de 125.000 personas de las cuales no se conoce su paradero, según el registro de la Secretaría de Gobernación.Las inquietudes de Bios son un reflejo de lo que ella denomina como una crisis forense, por desaparición y feminicidios en el país. “Dije, se tiene que hacer algo. Soy maestra, tengo alumnas, alumnos, de bachillerato, de licenciatura y he tenido que salir a buscarlos y en ocasiones entregarlos con vida y en otras, desgraciadamente, sin vida”, complementa.El kit forense de la activista, que se basa en su conocimiento de biología molecular, físico-química, bioquímica y criminalística, se compone de entre cinco a ocho elementos y tiene una duración de cinco años: huellas dactilares; un mechón de pelo; uñas de las manos y los pies; muestras de hisopado bucales; fotos —que sean actualizadas cada seis meses—; una ficha para búsqueda de persona no localizada; una prenda de vestir que cubra la parte superior del cuerpo —utilizada al menos por un día completo, para que pueda ayudar a un binomio de búsqueda (humano y perro)— y un odontograma, que es un esquema gráfico que representa la cavidad bucal de un paciente, incluyendo todos los dientes y sus posiciones.Entre algunas de las recomendaciones que la especialista da, ya sea a través de un paso a paso en un videotutorial en TikTok desde su cuenta o en las clases presenciales para armar el kit forense que realiza para activistas, mujeres, periodistas e integrantes de colectivos de búsqueda, grupos a los que considera vulnerables en la coyuntura actual, es hacerlo desde casa “tranquilamente y con uso de conciencia”.El método de recopilación genética de Bios, que tiene el seguimiento y supervisión de sus docentes en la UNAM y que también se respalda en la investigación de Carlos Uriel Hernández Figueroa, licenciado en ciencia forense, sobre Obtención de perfiles genéticos mediante polimorfismos, busca, en palabras de su impulsora, “acercar la genética a la población”.El kit forense de la activista tiene una duración de 5 años.Gladys Serrano Adeptos y detractoresLa iniciativa no ha estado exenta de polémica. Tiene adeptas, como Berenice Ayala, de Puebla, que ha armado su propio kit y lo tiene guardado donde solo personas de su confianza saben. La joven de 23 años, que crea contenido con perspectiva de género en TikTok, subió un video a su canal con una guía paso a paso de su elaboración. Dice que lo que más le impactó fue cómo la mayoría de las personas le compartieron consejos de qué más podía añadir a su sobre y “de qué otras maneras nos podemos cuidar”. “Definitivamente, es un problema que se necesita atender [la inseguridad] y que no tiene una solución pronta. Es un tema bastante complejo y, mientras tanto, no nos queda de otra más que cuidarnos y prevenir lo más posible”, explica.Otro en la misma línea es Florencio Bautista, de 66 años. Casi toda su vida se dedicó a cantar en camiones hasta que perdió la vista por el desprendimiento de sus retinas. Ahora continúa haciendo música desde una capilla en Izcalli, en el Estado de México. Vio en el kit una “medida de seguridad”. “Ya tengo cierta edad. No soy un pequeño, puedo tener algún accidente en algún sitio lejano o donde no puedan encontrarme. Con esta información pueden identificarme. Creo que no es para asustarse”, afirma.Bios también ha recibido críticas de la población, que la acusan de “normalizar” esta crisis humanitaria. También de parte de especialistas en criminalística, así como la desaprobación de algunos colectivos de búsqueda, que han reflexionado sobre la propuesta de la bióloga. “Genera molestia porque lejos de solicitar que el Estado asuma su responsabilidad, le deja la responsabilidad a la sociedad de la identificación de personas desaparecidas y localizadas sin vida […] Estas acciones promueven miedo”, señala un fragmento de un comunicado de la Unión y Red Nacional de Búsqueda de Personas.El kit forense se basa en conocimientos de biología molecular, físico-química, bioquímica y criminalística.Gladys Serrano La bióloga argumenta que con su proyecto nunca tuvo otro tipo de intenciones y que solo es una herramienta de autocuidado. “La razón de este kit no es, para nada, con el objetivo de normalizar la desaparición. Esa nunca ha sido mi intención. De hecho, todo lo contrario. Estoy proponiendo a las familias mexicanas que puedan tener un instrumento, una herramienta que les pueda ayudar a que busquen con mayores recursos a sus familiares en caso de una adversidad. Es claro que el Estado no puede cuidarnos, así de plano”, afirmó Bios.Desde el colectivo Casi Creativos, a través de un comunicado que busca dar resonancia a la problemática de fondo, creen que ninguna mujer, ni familia, debería tener que pensar en guardar una prenda con olor, una muestra de ADN, o una hoja con características físicas “por si un día desaparezco”: “Duele porque lo entendemos. Porque muchas ya lo han hecho. Porque muchas ya no están”.“Este tipo de kits forenses, creados desde el miedo y el amor, no son una exageración: son una respuesta desesperada ante un país donde buscar a una hija, una amiga, una hermana… se ha vuelto parte de la rutina. Este no es un llamado a vivir con miedo. Es una herida abierta. Una que se siente todos los días. Y que todavía no cierra”, sentencia el colectivo Casi Creativos en su publicación.

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