Fortes ha cautivado esta tarde la plaza de Las Ventas con una disertación sobre el toreo de verdad, basado en la naturalidad, la entrega, la colocación, el temple, el aroma y el sentimiento.No es necesario ser un erudito para captar el arte del toreo; esa es una energía que brota misteriosamente cuando un torero valeroso se siente artista y la belleza emocionada se expande por todos los rincones.La tarde de Fortes ha sido de puerta grande, pero salió andando de la plaza por su pésima puntería a la hora de matar a sus dos toros. Junto a la felicitación por su toreo de grandeza, la reprimenda más exigente y justa: hay que matar los toros, es un delito permitir que se escape ocasión como la de esta tarde, es inadmisible torear tan bien y fracasar con estrépito en la suerte suprema. Fortes no puede olvidar que es matador de toros, razón imprescindible para alcanzar el triunfo.Ha toreado poco en las últimas temporadas, pero tiene asimilado el concepto de la tauromaquia auténtica, y así lo ha dibujado esta tarde con capote y muleta.Con dos verónicas hondas recibió a su primero, manso, pesado y escasa movilidad. Acudió pronto en banderillas y llegó al tercio final con la noble sosería que produce la desgana. Pero se encontró con un torero en sazón, desbordante de ilusión y sensibilidad, y así, los primeros muletazos por bajo anunciaron la buena nueva. Después, una primera tanda de derechazos henchidos de naturalidad y buen gusto; y dos naturales largos, hondos, hermosos a pesar de la muy escasa colaboración de su oponente. Y un kikirikì y otra tanda de muletazos con la derecha que supieron a gloria y un ayudado por alto final rubricado con un pase de la firma. Y Las Ventas hacía minutos que crujía de emoción porque presenciaba una lección de maestría, de toreo muy caro, de conocimiento y colocación, de creatividad, de temple, de gracia profunda, en una palabra. Pero montó la espada y…Otra lección de estética sublime ante el quinto tras recibirlo con tres verónicas de cartel. Ante un toro incierto, que no despertaba confianza alguna, Fortes volvió a cantar su valor, su disposición, cruzado en todo momento, aguantando miradas de dudosa intención, su sentido del dominio, también, y su capacidad para conmover. Unos pases por bajo iniciales, un trincherazo, otro de pecho… Cuatro derechazos limpios, perfectos de colocación, cite y remate; hasta cuatro naturales de ensueño después; y alargó la faena con la mano derecha, enajenado él también por la respuesta del público, y dibujó un muletazo tan largo y templado que supo a gloria. Pero volvió a montar la espada, y…Quedó en el ambiente la gloriosa venida del toreo de verdad, y se marchó volando el triunfo que había venido para lanzar al cielo a un artista que no sabe matar los toros.A punto estuvo Morenito de Aranda de cortar una oreja ante el cuarto, el toro de más movilidad de la tarde, con el que saludaron en banderillas Iván García y Pascual Mellinas, y el matador hizo un toreo acelerado, despegado y de escaso fuste. Enrabietado, en tandas cortas y apasionadas, más superficiales que emocionantes, Morenito no le cogió el sitio al toro y, además, lo mató mal. Esforzado y solvente se sintió ante el manso soso y descastado que salió en primer lugar.Y Adrián de Torres tuvo peor suerte. Lució su buena planta torera, pero no pudo contar su concepto ante un animal que embestía andando y se rajó pronto; el sobrero sexto, que debió volver a los corrales por su invalidez, fue otro regalo para pasar desapercibido a pesar de su aDe Robles/Morenito, Fortes, De TorresToros de Araúz de Robles, -devuelto el sexto al lesionarse en el ruedo-, desiguales de presentación, -el tercero, sin cara-, mansos, sosos, descastados, tristes y desganados; destacó por su movilidad el cuarto, e incierto el quinto. Sobrero de Castillejo de Huebra, bien presentado e inválido.
Morenito de Aranda: pinchazo _aviso_ pinchazo, casi entera baja _2º aviso_ (silencio); tres pinchazos _aviso_ y el toro se echa (ovación).
Fortes: dos pinchazos y estocada (gran ovación); pinchazo _aviso_ y estocada atravesada (vuelta al ruedo). 
Adrián de Torres: cuatro pinchazos _aviso_ y estocada (silencio); dos pinchazos, media estocada y dos descabellos (silencio).
Plaza de Las Ventas. 21 de mayo. Undécima corrida de la Feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada (16.687 espectadores, según la empresa).

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