Las listas de espera sanitarias son, junto con la saturación de la atención primaria, son una de las principales quejas de los usuarios de la sanidad pública andaluza, tal y como dejaron claro en la masiva manifestación del pasado 5 de abril, pero también el principal caballo de batalla del Gobierno que dirige el popular Juan Manuel Moreno. Para reducir su número la Junta puso en marcha en febrero de 2024 un plan de choque de 283,3 millones de euros, destinado especialmente a disminuir la lista de pacientes fuera del plazo de garantías para operarse, un esfuerzo que apenas da frutos y que no ha permitido reducir los tiempos de espera ni para entrar en quirófano ni para ser atendido por un especialista, de acuerdo con los datos semestrales publicados por el Ministerio de Sanidad, correspondientes a diciembre de 2024.Un andaluz tiene que esperar de media 176 días para ser operado, una semana más que en junio del año pasado y 50 días más que en la media del país. Entonces, Andalucía era la comunidad donde más se tardaba en entrar a un quirófano, seis meses después, es la segunda por la cola, solo dos días menos que en Extremadura. Tampoco se ha logrado reducir el tiempo para ser atendido por un especialista. Si en junio de 2024 había que esperar cuatro meses y medio (135 días), en diciembre la demora se ha ampliado medio mes más (150), 45 días más que el promedio nacional y siete y cuatro días menos, respectivamente, que Canarias y Navarra, que están a la cola. Solo mejora la situación en el caso de los pacientes que llevan más de medio año aguardando a que les operen, cuya espera se ha reducido de 118 a 95 días, uno menos que la media del país, aunque el porcentaje de andaluces que sufre una tardanza de más de medio año ha subido del 31% al 33%.“Esto es producto de la mala gestión y del fracaso de un sistema que no está adaptado a las necesidades de los ciudadanos”, explica Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico Andaluz. El facultativo cuestiona las palabras que este miércoles pronunció en el Parlamento autonómico, la consejera de Salud, Rocío Hernández, tras ser preguntada por la manifestación en defensa de la sanidad pública de finales del mes de marzo, cuando redujo a “incidencias puntuales” los problemas que denunciaron en la marcha los más de 20.000 asistentes, y que defendió la inversión en el sistema público de salud. “Sigue siendo de los más bajos de España por habitante, lo que hay es un problema de fondo porque con el incremento de presupuesto nunca hemos tenido unas listas de espera tan altas”, abunda.Aunque los tiempos de espera no paran de crecer, sí se ha contenido el número de pacientes que engrosan las listas de espera quirúrgicas. Entre junio y diciembre del año pasado, los pacientes se redujeron en un 4,8% (de 203.979 a 194.159, en diciembre y la tasa por cada 1000 habitantes ha bajado del 24,4 al 23,11. Sin embargo, el listado de los usuarios que tienen que esperar a ser atendidos por un especialista sí se ha incrementado en un 2%, al igual que el porcentaje de citas que sobrepasan los 60 días, que ha pasado del 39,6% en junio al 56,5% en diciembre, por debajo, eso sí, de la media nacional que está en el 62,3%. “Lo que reflejan estos datos es un estancamiento del problema, las mejoras son mínimas, pero los retrasos para que la población sea atendida aumentan, lo que es un claro indicador que las medidas del Gobierno no son eficaces”, valora Sebastián Martín Recio, coordinador de Marea Blanca en Andalucía.El plan de choque de la Junta, denominado plan de garantía sanitaria, tenía como principal objetivo reducir las listas de espera de aquellos pacientes que estaban fuera del plazo para ser operados. Para ello se movilizaron 283,3 millones de euros, de los que 163 se destinaban a reforzar la actividad quirúrgica a través de autoconciertos con la sanidad pública y el 42% restante a contratos con las clínicas privadas. En este ámbito se ha apreciado cierta mejoría, no solo en el tiempo medio para ser operado, sino en la reducción de pacientes que engrosan ese listado, que ha bajado en un 21%. Sin embargo, estas cifras están lejos de las que se marcó la Consejería cuando anunció el plan: reducir en un 18% el número de usuarios en lista de espera quirúrgica ordinaria y en un 60% los que estaban fuera de plazo. “Los plazos se establecieron para marcar un límite que no se podía sobrepasar, y con este plan se está asumiendo que esto existe. El modelo sanitario está colapsado”, sostiene el presidente del SMA. Por su parte, el responsable de Marea Blanca advierte sobre lo que considera “el método perverso” que implica esta estrategia de la Junta que pasa por destinar recursos de la sanidad pública para que en la privada se realicen operaciones que aligeren las listas de espera: “Se está creando una dependencia de la sanidad privada para resolver un problema que los datos evidencian que está atascado y con esto solo se perjudica a la sanidad pública, mermada de recursos y empobrecida, lo que perjudica la calidad existencial, mientras los hospitales privados se extienden a costa de esos recursos”.

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