La desaparición de Mario Vargas Llosa, fallecido el domingo en su casa de Lima (Perú) a los 89 años, deja huérfanas a varias generaciones de escritores y editores nacidos en su patria que han construido sus carreras profesionales bajo la influencia colosal del Nobel de Literatura de 2010. Cinco de ellos comparten con este diario sus reflexiones sobre el legado literario y la herencia político-intelectual del autor de Conversación en La Catedral o La Guerra del fin del mundo.Jeremías Gamboa“Nos enseñó que se podía escribir una obra asombrosa usando materiales peruanos”Legado literario: “Destaco la cantidad de escritores de mi generación y posteriores, sobre todo hombres, cuyas vocaciones se fraguaron a la luz de su carrera. De la posición del escritor como una figura practicante y autosuficiente. Juan Gabriel Vásquez, en Colombia, Alberto Fuguet, en Chile, han fraguado la idea de dedicarse a la literatura por su figura. Y en esto, el libro más influyente es El Pez en al agua. A mí me llevó a convertir todo eso en acción. Me convirtió en escritor. No enseñó además que se podía escribir una obra asombrosa, moderna, usando materiales peruanos. Eso sólo lo había hecho antes Cesar Vallejo con la poesía. Se ha ido el techo en el que nos cobijamos. Fue muy generoso con otros escritores, algo que contrasta con la imagen distante del éxito”.Legado político-intelectual: “Fue ese hombre peleador, ciudadano, que opinaba de todo. Hubo incluso una época en la que decidía presidentes. Tras el golpe de Estado de Fujimori en el 92, él se planta en contra y se convierte como en un garante democrático. Le da soporte a Alejandro Toledo y más tarde a Ollanta Humala, se reúne con él, lo convence de acercarse al centro, y termina ganando las elecciones. Es el último escritor poderoso”.Jeremías Gamboa, 50 años, escritor, responde desde Lima. Autor de Contarlo todo (Random House 2013) y Animales luminosos (Random House 2021).Gustavo Faverón“En lugar de escribir novelas, escribía mundos”Legado literario: “Sus novelas son como grandes hipótesis intuitivas acerca de los horrores del mundo social: los espantos de la civilización y los disfraces siniestros de la barbarie. Solo podía escribirlas alguien con un talento estético desbordadamente original: una ambición tolstoiana, una imaginación cervantina, un humor rabelesiano y una habilidad para la arquitectura textual que ya habría querido cualquiera de los otros. El Perú es el país menos ambicioso del mundo, pero cada cierto tiempo aparece aquí un escritor con ambiciones portentosas. En lugar de escribir novelas, escribía mundos. Los peruanos siempre hemos necesitado figuras como esas, que nos recuerden que hay otras dimensiones afuera del caos y otros brillos. Ojalá no nos deje demasiado huérfanos”.Legado político-intelectual: “Esa rebelión constante contra el autoritarismo, la dictadura, el militarismo: esa rebelión que él llamaba libertad desapareció en el Perú hace mucho, desde que la política fue enteramente sustituida por una forma de criminalidad tan agobiante que ha dejado a todo el país sin esperanzas. Al principio y al final de esa carrera, cometió errores, se deslizó hacia un extremo. El resto de su vida fue impecablemente coherente. Como intelectual me fascina por su rara mezcla de erudición y quijotismo, por el entusiasmo espantado y la angustiosa alegría con la que se lanzaba a leer libros de filosofía como novelas y novelas como libros de filosofía. Debe haber sido una vida muy bella, ser Mario Vargas Llosa. Quiero rescatar la aventura, el intelectual de safari permanente, el explorador de la selva, el desierto, la brújula y la biblioteca”.Gustavo Faverón, 57 años, autor de Vivir abajo (Candaya, 2019) y Minimosca (Candaya, 2024), responde desde Brunswick, Maine (EEUU).Juan Manuel Robles“Es omnipresente en nuestra manera de aprender a leer y a escribir”Legado literario: “Mario Vargas Llosa es omnipresente en nuestra manera de aprender a leer y a escribir, a construir un mundo con palabras aunque muchos de nosotros tratamos de marcar distancias para crear un estilo propio. Cuando tú llegabas al mundo literario, ya había un mundo vargasllosiano muy asentado. Es el fundador de la idea de ser novelista peruano universal. El último escritor celebridad de un Perú que ya no existe”.Legado político-intelectual: “Además de candidato presidencial, fue uno de los fundadores ideológicos del neoliberalismo en Perú. Pero a la vez, el escritor con voz en la discusión pública, como García Márquez o Saramago. Tuvo vaivenes. Fue fundamental para sacar a Fujimori del poder. Pero para muchos se había convertido en alguien que defendía lo indefendible, la cara visible de la ultraderecha. De todos modos, desde el domingo intento no pensar en eso, me gana el aprecio literario por él. En sus columnas y ensayos sobre literatura muestra humildad y una pedagogía extraordinaria. Abraza la complejidad. Construye catedrales con pisos falsos y juegos de espejos, pero al mismo tiempo es incapaz de comprender las manifestaciones indígenas, de sentir empatía por ellos”.Juan Manuel Robles, 46 años, escritor y periodista, desde Nueva York. Autor de Nuevos juguetes de la guerra fría (Seix Barral, 2016) y Tragedia en Collins Avenue (Planeta, 2024).Jerónimo Pimentel“Destaco la honestidad intelectual que le permite disentir”Legado literario: “Describir a Vargas Llosa es como describir un continente. Demasiado complejo, vasto. Todo letraherido o escritor peruano nace con la primera novela suya que aborda. Uno accede así a una idea universal de la peruanidad, que luego se extiendo más allá. Es un Principio iniciático, bautismal. Ahí nace el lector y futuro escritor peruano. Ha pasado esto de los sesenta hasta ahora. Esto da la mediada de la orfandad que nos deja”.Legado político-intelectual: ”Nunca temió al cambio. Se le asocia con una posición política liberal, aunque demasiado cercano a la derecha, pero cualquiera que le conoce puede ver una curva honesta desde su entusiasmo castrista, al desencanto y lectura de Popper y Hayek, que lo llevan a un centro liberal. Destaco la honestidad intelectual que le permite disentir. Es la figura que incorpora las ideas del liberalismo a América Latina de manera más precoz y consistente. No hay sucesores”.Jerónimo Pimentel, 47 años, desde Lima. Director general Penguin Random House en Perú.Alonso Cueto“Su vida política es una prolongación de las experiencias de sus personajes rebeldes”Legado literario: “Resumió la variedad nacional, cultural, étnica del país y buscó en ese laberinto de diferencias y de contrastes una visión del ser humano. La idea fundamental es que todos nacemos en un mundo donde tenemos que enfrentarnos a una ley o autoridad y tenemos que resolver como enfrentamos. Mediante la oposición o evadiéndola con el arte, él hizo las dos. También nos demostró que se podían contar cosas en el escenario que yo tenía más cerca, no era necesario que las historias pudieran ocurrir en París o en Londres. Ha escrito al menos cinco obras maestras. Con un sentido moral muy fuerte en sus obras. Hasta en su última novela, hay una fe en que podemos ser una sociedad reconciliada y ese espacio puede ser el arte popular”.Legado político-intelectual: La idea que tenía tanto Sartre como Zavala, en Conversión en La Catedral, es que hay que pasar a la acción, y eso es lo que Vargas Llosa hizo. Su vida política es una prolongación de las experiencias de sus personajes rebeldes. Asume una lucha en contra de las ideas establecidas. Uno podía o no estar de acuerdo con sus ideas, pero nunca podías negar que eran sinceras y honestas, nunca había un oportunismo detrás de ellas”.Alonso Cueto, 70 años, escritor desde Lima. La hora azul (Anagrama, 2005) y Mario Vargas Llosa. Palabras en el mundo (Alfaguara, 2025),

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