El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, de 70 años, se recupera en un hospital de Brasilia de cuatro procedimientos quirúrgicos a los que ha sido sometido desde que ingresó en el centro sanitario el día de Nochebuena. Una intervención era para tratar una hernia, las restantes, para las crisis recurrentes de hipo. El ultraderechista, que sufre diversos problemas de salud, cumple desde noviembre una pena de 27 años por urdir un golpe de Estado. Este miércoles, el político ha sido sometido a una endoscopia para evaluar el reflujo gastroesofágico. Su equipo médico ha informado tras la prueba de que está estable y la previsión es que reciba el alta este jueves, 1 de enero, si no surgen inconvenientes en las próximas horas. Regresará entonces a la comisaría principal de Brasilia, donde cumple condena. Bolsonaro designó en diciembre a su hijo mayor, el senador Flávio Bolsonaro, precandidato a las elecciones de octubre próximo.Este miércoles Bolsonaro ha recibido una buena noticia. Una jueza ha anulado la decisión de otro juez de retirarle los beneficios de los que disfruta en su calidad de expresidente: un equipo de seguridad, coche oficial, conductor y asesores. Sostiene la magistrada que privarle de esos medios supone “el riesgo de hacer un daño irreparable a la dignidad y el bienestar de un exmandatario de la República”.Los médicos han explicado que los espasmos del diafragma no van a cesar, pero que serán tratados con medicamentos. También han revelado que el ánimo de Bolsonaro empeora mucho durante las crisis y que él mismo ha solicitado que le receten antidepresivos, que han sido añadidos a su tratamiento. El anterior mandatario fue hospitalizado el día de Nochebuena para una intervención programada con motivo de una hernia inguinal. Posteriormente, los médicos abordaron las graves crisis de hipo que arrastra hace meses. Bolsonaro también sufre de apnea grave e hipertensión. Sus abogados defensores intentan, por ahora infructuosamente, que el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes le permita cumplir la pena en prisión domiciliaria por motivos humanitarios, dados sus problemas de salud y su edad. El expresidente brasileño fue sometido este martes a un nuevo procedimiento quirúrgico para reforzar el bloqueo de un nervio del diafragma con el fin de controlar sus recurrentes crisis de hipo, según informó su equipo médico. Esta ha sido la tercera intervención en el diafragma en los últimos cuatro días a la que se ha sometido el exmandatario, todas ellas dirigidas a frenar estas dificultades que sufre desde hace meses. “[Bolsonaro] presentó nuevos episodios de hipo, por lo que fue sometido a una complementación del bloqueo anestésico de los nervios frénicos bilaterales”, indicó el último parte del Hospital DF Star de Brasilia, donde permanece en “cuidados posoperatorios”. El líder ultraderechista entró en esa clínica privada, previa autorización judicial, el pasado día 24 para corregir una hernia inguinal bilateral. El día de Navidad fue operado de la hernia, de la que evoluciona correctamente. A partir de ese momento, los médicos se centraron en tratar las crisis de hipo, fruto de la decena de cirugías por las que ha pasado desde que un enfermo mental le asestó una puñalada en el abdomen en la campaña electoral de 2018. El sábado pasado se le bloqueó de forma parcial el nervio frénico derecho. Y el lunes, el izquierdo. Sin embargo, este martes tuvo nuevos episodios de contracciones involuntarias del diafragma, según relató su hijo Carlos Bolsonaro, que era concejal y aspira a un escaño en el Senado. Michelle Bolsonaro, esposa del dirigente ultra, informó además de que esos nuevos episodios no pararon hasta la tarde del martes. Entonces, el equipo médico optó por realizar “un refuerzo del bloqueo del nervio frénico”. El capitán retirado del Ejército continúa con “fisioterapia respiratoria”, tratamiento nocturno para la apnea del sueño y “medidas preventivas para la trombosis”. El pasado 11 de septiembre, el expresidente fue condenado por la Corte Suprema por “liderar” un complot para intentar “perpetuarse en el poder” después de perder las elecciones presidenciales de 2022 ante el actual gobernante, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.

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