Relevos, perfiles más profesionales y una mayor proporción de mujeres en puestos clave. Esa es la política de cualquier empresa u organización que se quiera adaptar a los tiempos que corren y es también la de la jefatura del Estado. Aunque ya en los años noventa se empezaron a dar los primeros pasos para modernizar la institución a petición de un Juan Carlos I, que tenía 37 años cuando llegó al trono, hoy la Casa del Rey ha cogido carrerilla para intentar adaptar la vetusta institución al siglo XXI. Solo este año, Felipe VI ha situado a mujeres en la cúpula de la Casa: Mercedes Araújo Díaz de Terán fue nombrada secretaria general; Carmen Castiella Ruiz de Velasco, consejera de Asuntos Diplomáticos; Marta Carazo, secretaria de la Reina, y Rosa Lerchundi, directora de Comunicación.En estos 50 años de monarquía parlamentaria, La Zarzuela ha efectuado cambios significativos en su personal directivo. Se trata de un intento de desechar la imagen arcaica y desfasada que podría desprender una institución que de por sí destaca por su inmovilismo y cuyo máximo representante ostenta el cargo por nacimiento y de manera vitalicia, salvo en caso de abdicación, una forma “poco natural de terminar un reinado”, en palabras de Rafael Spottorno, jefe de la Casa entre 2011 y 2014 y un personaje clave en el final institucional de Juan Carlos I. Fernando Almansa, primer jefe de la Casa que no fue militar, sino diplomático, fue pionero en introducir a una profesional, la periodista Asunción Valdés (Alicante, 1950) en un puesto de mando en 1993. “Entré para modernizar la Casa”, presume Almansa (77 años) desde la sala de estar de su casa en uno de los mejores barrios de Madrid. Como sucesor de Sabino Fernández Campo y de Nicolás Cotoner y Cotoner, ambos militares y ya fallecidos, Almansa entró en La Zarzuela a los 44 años. Almansa subraya que esa tarea de modernización fue un empeño de Juan Carlos I, que entró en una Casa en la que todo el mundo era militar, varón y mayor que él. “Incluso los nombres de los puestos de trabajo eran militares. Se hablaba de ‘unidades’ y no de departamentos, o de ‘intendencia’ para referirse a la administración”, recuerda al teléfono Asunción Valdés, que añade que la nomenclatura no cambió “hasta bien entrado el siglo XXI”. Almansa, que dirigió la Casa hasta 2002, justifica que la gestión de La Zarzuela “es muy vertical”, siguiendo con ese sentido militar: primero va el Rey, luego el jefe de la Casa y de ahí depende todo el resto. Juan Carlos I no quería reinos de taifas.La reina Sofía, junto a Asunción Valdés.Angel Millán La primera mujer en un puesto de mando en la maquinaria de la jefatura del Estado se encargó de transformar un equipo de comunicación que tenía algo olvidada la relación con los medios informativos. “Había un equipo con gente muy preparada, pero ninguno era periodista”, recuerda Valdés. Ella se empeñó en nombrar a un número dos que fuera catalanoparlante porque “España no es solo Madrid, es mucho más”. Ese fue Jordi Gutiérrez. En esos años, Valdés lanzó también la página web de La Zarzuela y, asesorada por el departamento de seguridad debido a la intensa actividad terrorista de ETA, empezó a compartir con los medios la agenda semanal de la Familia Real, aunque “con muy poca antelación”, dice. La periodista recuerda también que su primer reto informativo fue la muerte de Don Juan y el último, el fin del noviazgo del heredero con la noruega Eva Sannum.En esos años también se creó la Secretaría del Príncipe, que se encargaba de la agenda oficial de Felipe de Borbón y Grecia cuando, tras su máster en Georgetown (Estados Unidos), echó a volar en solitario, allanándose el camino hacia una futura jefatura del Estado. Una Oficina para la que contó con otro civil, el abogado del Estado Jaime Alfonsín, y cuyo puesto y propósito seguramente se mantendrá para servir y aconsejar a la princesa Leonor cuando esta termine sus estudios universitarios. En línea con la feminización de la Casa, es plausible que sea ocupado por una mujer, aventuran fuentes que asesoran a los Reyes. El jefe de la Casa Real, Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondejar y el secretario general de la casa del Rey, Sabino Fernández Campo durante una audiencia en el Palacio Real.EFEPor aquellos años, al despacho semanal que mantenía el jefe del Estado con el presidente del Gobierno de turno se le sumaba otra reunión semanal oficial con su propia familia (la reina Sofía, las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe) para coordinar agendas y repartir responsabilidades. “Comentaban las recepciones, peticiones de audiencias y demás. Al final el Rey estaba informado de todo. (…) Traté de que la Casa trabajara más en equipo. La etapa anterior, con Sabino [Fernández Campo]era otra cosa”, recuerda Almansa.Ha sido, sin embargo, el actual jefe de la Casa del Rey, el también diplomático Camilo Villarino (60 años), el que más cambios y de forma más rápida ha introducido en el engranaje de una institución que, según sus conocedores, debe encontrar el equilibrio entre mantener cierta distancia y liturgia con acercarse a los ciudadanos e intentar ser un reflejo de la sociedad a la que representa. “Nos tenemos que ir adaptando a las circunstancias de la política nacional y del mundo. Por ejemplo, con todo el impacto de las redes sociales y las nuevas tecnologías”, apunta Villarino.El actual número uno de la Casa busca “la excelencia”, dice, y propuso al Rey para ocupar la Secretaría General de su Casa a Mercedes Araújo Díaz de Terán (55 años), hasta ese momento letrada de las Cortes. “Si quería lanzar un mensaje tenía que encontrar mujeres”, recuerda desde su despacho en La Zarzuela. Por primera vez, los mandos de La Zarzuela están copilotados por una número dos mujer y perteneciente a la generación de los Reyes. Araújo sustituye así al teniente general de la Guardia Civil Domingo Martínez Palomo, de 71 años. Como también lo hace Carmen Castiella Ruiz de Velasco, de 52 años, que aconseja a Felipe VI en asuntos diplomáticos, relevando a Alfonso Sanz Portolés (71 años), que llevaba casi una década en La Zarzuela. Otra de las decisiones que Villarino tomó tras llegar de las oficinas de Bruselas a pisar las alfombras de Palacio en febrero de 2024 fue el nombramiento de María Ocaña, una mujer de 51 años y civil (abogada del Estado), como secretaria de la reina Letizia en sustitución de José Manuel Zuleta y Alejandro, un general de división del Ejército de Tierra, grande de España, y de 60 años. Villarino, sin embrago, reconoce que en este caso fue la Reina la que inició el proceso y la que tomó la decisión final. Ocaña, que dejó la Secretaría un año después por “motivos personales sobrevenidos”, fue relevada en septiembre por la también mujer, y periodista, Marta Carazo (52 años). La reina Letizia, en enero de 2015 con María Dolores Ocaña.Javier Lizon ((EPA) EFE)El departamento de Comunicación de la Casa del Rey ha sido el último en renovarse. “Cuando llego, pienso que lo procede es que mostremos más a los ciudadanos lo que es la Corona, qué es la Casa, cómo trabajamos… Es llamativo la enorme ignorancia, incluso en cosas banales, que tiene el grueso de la gente [respecto a la institución]”, apunta Villarino. Jordi Gutiérrez, de 66 años, el dircom (director de comunicación) que en su día fue el número dos catalanoparlante de Asunción Valdés, dejaba el cargo después de un total de tres décadas en La Zarzuela, dejando el testigo a la periodista Rosa Lerchundi (59 años). Fuentes de la Casa sostienen que el hecho de que Lerchundi fuera mujer representa hoy en día otro activo y un mensaje de la institución a la sociedad. Más de 30 años después de su primera entrada en La Zarzuela, a Valdés ahora le produce “una gran satisfacción” el hecho de que una mujer ocupe el que fuera su puesto como directora de comunicación. “Ya la he felicitado y subrayado que tiene un papel importantísimo, que es hacer llegar la monarquía a los españoles”, dice al teléfono. Porque como opina Lapuente en el citado libro manual: “Los ciudadanos no pueden depositar confianza en un órgano cuya función desconocen”.ModernizaciónLa Casa, a su ritmo, no solo se profesionaliza, se feminiza y se rejuvenece, sino que también se moderniza con Felipe VI y Letizia Ortiz al frente y la princesa y la infanta enfiladas hacia el futuro. En 2014, la Casa del Rey inauguró cuenta en X (antes Twitter) y el año pasado abrió un perfil en Instagram, donde sus publicaciones llegan a casi un millón de seguidores. Además, han construido un estudio de grabación desde donde hacen llegar vídeos y mensajes con una apariencia más moderna.Ya el matrimonio de Felipe VI con Letizia Ortiz auguraba ya un cambio de rumbo en una institución. La reina no solo rompía con la tradición de pertenecer a la aristocracia, como sí era el caso de la Reina Sofía de Grecia (hija y esposa de Rey). Además, ahora el primer y el segundo puesto en la línea de sucesión están ocupados por una princesa (Leonor) y una infanta (Sofía).

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