Manolo González no quiere saber nada cuando en las ruedas de prensa se le pregunta por la posibilidad de que el Espanyol luche por jugar en competiciones europeas la próxima temporada. El entrenador del conjunto perico sabe de qué va esto y conoce a la perfección el sufrimiento de una entidad con continuos descensos y ascensos de categoría en su historia reciente. Por ello, a pesar de ocupar el quinto puesto con 33 puntos, no va a permitir que se hable de otra cosa que no sea la salvación. Eso sí, sus jugadores, con actuaciones como la de este lunes, siguen empeñados en darle motivos para empezar a cambiar de discurso.

1

Unai Simón, Adama Boiro (Unai Gómez, min. 75), Andoni Gorosabel (Jesús Areso, min. 75), Aitor Paredes, Íñigo Lekue, Mikel Jauregizar, Oihan Sancet, Íñigo Ruíz de Galarreta (Alejandro Rego, min. 56), Alex Berenguer, Nico Williams (Gorka Guruzeta, min. 56) y Iñaki Williams (Robert Navarro, min. 78)

2

Marko Dmitrovic, Leandro Cabrera, Fernando Calero, Omar El Hilali, Carlos Romero (Clemens Riedel, min. 83), Tyrhys Dolan (José Salinas, min. 82), Pol Lozano (Kike García, min. 71), Pere Milla (Jofre Carreras, min. 56), Edu Expósito (Rubén Sánchez, min. 83), Urko González de Zárate y Roberto Fernández

Goles
1-0 min. 37: Berenguer. 1-1 min. 43: Carlos Romero. 1-2 min. 51: Pere Milla

Arbitro Mateo Busquets Ferrer

Tarjetas amarillas
Ruiz de Galarreta (min. 27), Nico Williams (min. 32), Gorosabel (min. 45), Urko Gonzalez (min. 76), Alejandro Rego (min. 79), Clemens Riedel (min. 85), Lekue (min. 94)

La conseguida en Bilbao es una de esas victorias que, además de los tres puntos, dan prestigio porque en San Mamés muy pocos equipos lo hacen. De hecho, el PSG de Luis Enrique, vigente campeón de la Champions, no pudo pasar del empate a cero. El Athletic Club llegó, una vez más, plagado de bajas, sobre todo en defensa, donde Ernesto Valverde no pudo echar mano de puntales como Yuri Berchiche, Aymeric Laporte y Dani Vivián. El Txingurri tuvo que tirar de ingenio para conformar una zaga de garantías y hacer frente a una de las sensaciones de esta Liga como es el Espanyol de Manolo González. Por si fuera poco el lastre de las ausencias, el conjunto rojiblanco se topó con otro muro como es Marko Dmitrovic, el portero que llegó este verano a Cornellà-El Prat con la misión más complicada de todas: suplir al mejor guardameta de la última temporada, Joan García. Y los números dicen que el serbio fue un acierto. Siete porterías a cero, segundo portero que menos encaja de la Liga y seguridad infinita bajo palos. En San Mamés, solo Alex Berenguer pudo batirle y lo suyo fue un acto de fe para no perder de vista un balón que se quedó suelto en el área. Otros, como Andoni Gorosabel o el propio atacante navarro del Athletic, antes de saborear el gol se quedaron con las ganas gracias a dos paradones antológicos del serbio. Pero el Espanyol es mucho más que un gran portero. De hecho, el conjunto perico está firmando una media de puntos que le llevaría al final de temporada a clasificarse para una competición europea. Pese a que el objetivo de la temporada es la salvación, el gran inicio de campeonato ha despertado la ilusión en la afición perica, que vibra con el rendimiento de un equipo que ha dejado de ser una sorpresa. Tampoco el hecho de ponerse por debajo en el marcador hizo que el equipo perico bajara los brazos. Todo lo contrario. Remontó con un golazo de Carlos Romero y con otro de Pere Milla. Este Espanyol va muy en serio.

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