Dos periodistas de EL PAÍS desembarcan en las bases antárticas españolas para mostrar el fulminante impacto del ser humano: la gripe aviar que invade las pingüineras, la nieve rosa que mancha el continente y las aglomeraciones de turistas que pisotean algunas playasLa humanidad descubrió antes el planeta Urano, en 1781, que la existencia de un sexto continente escondido en el sur de la propia Tierra. La hostil Antártida, hallada en 1820, ha permanecido virgen durante millones de años, pero los impactos humanos se acumulan ahora de manera fulminante. Dos periodistas de EL PAÍS han desembarcado en las dos bases antárticas españolas para documentar estos efectos repentinos e inesperados. El equipo de reporteros ha grabado por primera vez la llegada a las pingüineras de la gripe aviar letal, originada en granjas industriales de gansos en China. Los enviados especiales han contemplado playas antárticas abarrotadas de turistas, atraídos en masa por multitud de vídeos frívolos publicados en Instagram y TikTok. Y las cámaras de este periódico también han documentado la aparición de llamativas manchas de nieve rosa en los bordes de la Antártida, provocadas por algas rojas microscópicas que proliferan gracias al calentamiento global y a su vez lo aceleran. Este es el relato de 20 días frenéticos en el fin del mundo.El equipo de EL PAÍS ha acompañado a la expedición española que ha detectado, con un laboratorio flotante, la propagación de la gripe aviar letal por la fauna antárticaLas chocantes imágenes de aglomeraciones hacen que los países del Tratado Antártico se planteen una tasa para los visitantes, atraídos por las redes socialesUnas algas rojas microscópicas, culpables del fenómeno llamado “sangre de los glaciares”, proliferan gracias al calentamiento global y a su vez lo aceleran.El Ejército de Tierra, en condiciones despiadadas, levanta un templo científico en la remota isla antártica de DecepciónUna expedición científica española descubre columnas de gas que brotan del subsuelo marinoNormas ›Archivado EnSi está interesado en licenciar este contenido, pinche aquí

20 días en la Antártida | Ciencia
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